lunes, agosto 23, 2010
Lo que no quiere escribir Fidel Castro
Por Tte. Coronel Reynaldo Sánchez
agosto 22, 2010 tomado de Baracutey
Siempre hemos afirmado que la historia dicha o escrita por Fidel Castro será una historia parcializada.
En su libro La victoria estratégica Castro omite varios acontecimientos necesarios para comprender la marcha y desarrollo de su robolución. Por ejemplo, el tirano cubano no quiere comentar nada sobre los fracasos de la huelga del 9 de abril de 1958 y es, hasta cierto punto, lógico que no lo haga. Esa huelga fue orientada y dirigida por la máxima dirección del Movimiento 26 de Julio, o sea por él, y a Castro no le conviene expresar que fue por medio del fracaso de esta huelga y en la reunión posterior el 3 de mayo en Altos de Monpié en La Sierra Maestra, donde responsabilizó a otros compañeros, lo que le permitió erigirse como máximo dirigente de todo el movimiento revolucionario del país, tanto en las montañas como en los pueblos y ciudades del llano.
Castro sabía que la huelga no tenía ni la más remota posibilidad de triunfo porque las fuerzas gubernamentales, muy fuertes en aquellos momentos, arremeterían con todo para impedir la victoria, pero Castro utilizó a sus hombres, utilizó al pueblo, no le importó los que cayeran en el camino, él logró su objetivo, ser reconocido como el jefe de los jefes, el máximo líder dentro del movimiento revolucionario.
Tampoco puede comentar que desde los primeros tiempos de la lucha guerrillera en las montañas de Oriente contaba con un grupo de combatientes rebeldes encargados de su seguridad y protección y donde siempre se mantuvo a buena distancia del frente enemigo bien protegido por estas personas encargadas de cuidarlo.
Esta primera escolta de Castro fue sustituida por otro grupo de combatientes en el mismo año 1959. Fidel Castro relevó a su vieja escolta de la Sierra Maestra por otra nueva compuesta en su inmensa mayoría por miembros del Partido Socialista Popular (Comunista) y de esta forma garantizó su seguridad en los futuros pasos que daría hacia la implantación del comunismo en Cuba.
Fidel Castro tampoco puede escribir de cómo traicionó a sus compañeros de lucha que eran anticomunistas y que perdieron sus vidas o fueron heridos por tratar de instalar en Cuba un gobierno democrático, no un gobierno comunista. De esta manera traicionó a Frank País, jefe de acción del Movimiento 26 de Julio y a José Antonio Echeverría, jefe del Directorio 13 de Marzo, ambos católicos practicantes y anticomunistas, entre muchos otros.
Depués de enero de 1959, Castro, quien había reiterado muchas veces que su robolución no era comunista, que era una revolución “tan verde como las palmas”, traiciona a sus compañeros de lucha una vez más al designar a las altas esferas de su gobierno a viejos comunistas como Carlos Rafael Rodríguez, Blas Roca Calderío y Lázaro Peña, entre otros. Sin embargo, sabemos que estos personajes en estuvieron a favor de gobiernos anteriores, lo que muestra un oportunismo desmedido por quienes poco o nada habían arriesgado y aportado a la causa revolucionaria.
Los miembros del Ejército Rebelde, del Movimiento 26 de Julio y del 13 de Marzo que se opusieron a esta estrategia de Castro y lo alertaron de que el comunismo se estaba apoderando de la Revolución apoyados por el Che Guevara, fueron separados, encarcelados, fusilados o simplemente desaparecidos.
De estas cosas no habla ni puede hablar Fidel Castro, esa parte de la historia no cuenta para él. Tampoco se refiere a las carencias que tenían los rebeldes en La Sierra mientras a él Celia Sánchez le proveía de todo lo necesario: uniforme, zapatos, alimentos y tabacos mientras se le celebraban juicios sumarísimos a otros rebeldes por no querer compartir una lata de leche condensada.
De esto no habla ni puede hablar Fidel Castro, esto no es historia para él, sería, en el caso de que lo hiciera, como reconocer su fracaso y oportunismo en la huelga del 9 de abril, la traición a sus compañeros de lucha y al pueblo de Cuba y su posición de bienestar y comodidades muy por encima de los demás, algo que mantiene aún hoy cuando la población cubana experimenta todo tipo de limitaciones mientras que él y su hermano Raúl Castro tienen fuera en bancos extranjeros millones de dólares sustraídos del erario nacional.
Esta es la historia que no quiere escribir Fidel Castro.
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LA HUELGA DE ABRIL DE 1958 UNA TRAICIÓN DE LOS COMUNISTAS Y DE FIDEL CASTRO
Por Pedro Pablo Arencibia
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